Por qué no puedes olvidar el peor cuento de mi vida

El peor cuento

Adoraba ir al colegio. Era una de esas niñas extrañas a las que les encantaba aprender.

Según mi mamá, ni bien pude hablar repetía como loro los cuentos que escuchaba y cuando logré leer me clavé en cuentos y libros.

Uno de los mejores regalos que me hicieron mis papás fue una enciclopedia de cuentos y el otro fueron las conversaciones con ellos.

Mi papá, era una enciclopedia con patas, tenía una memoria fotográfica… medio genio o genio y medio. Mi mamá iba por el lado más humano y creativo, pero me tenía repite y repite hasta que esté perfecto.

Antes de un examen de historia, además de revisar los libros, le preguntaba a mi papá y el me contaba el «cuento» de la historia.

Además de aprender, adoraba a mis compañeros, a mis amigos, a la gente con la que crecí… muchos de ellos estuvieron en mi vida desde la guardería hasta sexto curso. El sexto curso que me arruinó el «cuento».

Tal vez fue mi error, mi ingenuidad, mi estupidez… el decir sí, cuando mi compañera de toda la vida, me vino a pedir que me apunte para ser candidata del consejo estudiantil porque no había otras personas que cumplan con el promedio y la disciplina que te pedían como requisito. Mi primera reacción fue decir que no. Y Dios, 25 años más tarde aún me quiebro pensando en que debi seguir mi intuición… y decir no.

Para mí, pasar desapercibida, sin problemas con nadie, siendo la amiga de todos era suficiente. Al menos así me sentía yo y era feliz a la medida que podía.

Ya había suficiente drama en mi vida por la inseguridad que sentía en ese mundo de los «enamorados». Y es que nadie me enseñó que una puede escoger con quien estar y no estar, nadie me enseñó que era en realidad amar… y definitivamente nadie me enseñó que estar feliz no era estar con un enamorado que te plantaba y te ponía los cachos cada que podía… pero ese es otro cuento.

En fin, el momento en el que le dije que SI, a mi compañera, y me lancé contra mi timidez e inseguridad para pararme a hablar frente a la asamblea… ese fue ese exacto momento en el cuento en el que sabes que te cagaste la vida.

Siempre traté de hacer las cosas bien, de no ser mala, de vivir una buena vida, de tener amigos y simplemente cumplir con los deberes y pasar de año.

Pero no todo es como uno quisiera y wow como me arrepentí, cómo me arrepentí de haber dicho que sí. Cuando mi intuición y mi instinto de sobrevivencia me decían que renuncié, que me retire, que no valía la pena…

Y es que para lo que nunca estuve preparada fue para el tsunami de bullying, insultos, agresiones y odio que veinteypico años después aún perduran.

Nunca entendí por qué llamaban a mi casa y me gritaban «puta» o por qué me decían que «me iba a arrepentir de ser candidata» cuando ya estaba recontra arrepentida. No entendí por qué mis amigas de toda la vida, de repente me detestaban y no es que hacían barra por otro candidato, sino que me mataron con la ley del hielo y planificaban junto con otros «panas»wres como hacerme quedar mal… hasta usando a un guagua de primer curso para que diga que sí el ser candidata al consejo era para mí solo tener un buen currículum. El máximo de los terrores… fue cuando un «amigo» me tacleo a la salida del baño, me empujó contra la pared, y apretando mi cuello con su mano, me dijo «eres una puta, eres una mierda, el XX es mejor candidato, desaparece o te matamos».

No quise volver al Colegio, me obligarona ir. Pedí retirarme de la elección y no me dejaron. Pasaba los recreos sola, a veces metida en la clase… a veces escondida cerca del kinder para evitar cruzarme con nadie. Y ni eso funcionó, un día me crucé con la mamá de uno de los otros candidatos y me gritó cosas que no me quiero acordar, con el tiempo me enteré que la señora era muy amiga de quien era la directora en ese momento… y por eso «descalificaron» muchas de mis ofertas de campaña.

Tenía 17 años y tenía terror de ir a clases. Tenía terror a los recreos. Tenía terror de mis amigas… de mis amigos… de las personas con las que crecí.

Pedí cambiarme de colegio. Les suplique a mis padres que me cambien a otro colegio… lo hice todos los días… yo misma pedí al colegio que me ayuden a cambiarme… les suplique a mis papás que no me mandaran al paseo, que no me obliguen a ir a fiestas, que no me obliguen a que este ahí… , que por favor me dejen quedarme segura en mi casa… sin ver a nadie, sin ir al colegio con miedo…

No cedieron. Mis papás me obligaron a ir todos los días . Me obligaron a ir al paseo. Me obligaron a participar en carnaval… me obligaron a seguir yendo porque me decían que yo no había hecho nada mal y que no había razón para no ir al colegio.

Pero no era así como me sentía… y no es así, cada vez que por alguna razón recuerdo esa época. Ojalá y fuera el peor cuento de mi vida… es uno de esos momentos que me cambió y me quitó mis amigos, mi confianza, mi paz, y mi historia….

Alguna vez tuve que volver al colegio porque la empresa donde trabajaba auspiciaba uno de los eventos… terminé en una esquina viendo los bailes, y me topé con uno de mis ex compañeros. Me dijo «¿cómo así por aquí?, le dije «trabajo y tú»… me dijo «recuerdos, que esunos buenos y otros malos… a veces regreso y trato de recordar los buenos momentos, mucho bullying me dijo».A pasar de los años me llegué a enterar que ese compañero había muerto… No lo había visto desde esa vez… y ahora estaba ahi, la misa de su entierro.

Había un par de ex compañeros; : me senté lo más lejos posible que pude, para evitar las : que aún ponen cuando me ven… y recordé esas palabras con las que el cerró su cuento»mucho bullying»

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