DEVUELVAN A MI MAMÁ
En la huelga de octubre, me quedé con mi mamá en su casa, nos quedamos seguras, pero encerradas. Todo iba bien hasta que una mañana le vi que empezaba a ponerse amarilla. ella se complicó, el tumor estaba tapando la vía biliar y el dolor se volvió insoportable.
No había doctor que llegue. No había ambulancias. No había manera de ayudarle a manejar el dolor que sentía. Yo corría de un lado al otro, hablando con doctores amigos para que me digan qué le podía dar, qué podía hacer para controlar el dolor.
Estábamos mi mamá, mi hijo y yo en estado de excepción, con la gente bloqueando las calles, atacando a las ambulancias, sin paso. Sin salida. Sin acceso a medicinas. Sin libertad.
Ella se recostó en la cama, y mi hijo se acostó a su lado como siempre. De un salto mi Gaia, mi perrita, se subió a la cama también y se acercó su acercó suavemente a mi mamá. Y mi mamá le empezó a acariciar. Me miró y me dijo «estoy rodeada de ángeles».
El dolor era tan intenso que ella luchaba por respirar. Y me pidió que me acueste a su lado y que le imponga las manos… yo sin saber bien que tenía que hacer empecé a rezar una oración que a ella le gustaba mucho…
Mi hijo le decía, Abu te amo, ya no más ayayay… y mi mamá le dijo «mi angelito yo quiero verte crecer.» Y con toda la delicadeza el le abrazo.
Mis hermanos lograron cruzar las calles, creo que fue épico como lo hicieron, lograron llegar entrada la tarde. Entraron y con cuidado la levantamos. Mi hijo también ayudó.
Veía el rostro de mis hermanos, tenían clara la misión, llegar a in hospital… que mami no sufra… que le deje de doler.
Armamos la maleta, los medicamentos, sus cremas, el pintalabios rojo para pelearle al cáncer
Me miró y me dijo «gracias»… a penas salía la voz por el dolor.
Mi hijo le abrazó a su Abu. Llegamos al auto. No sé como explicar la fuerza que tenía mi mamá. La mirada de mis hermanos de amor, dolor y de caballeros que tenían que cumplir una misión con el alma rota y todo camino bloqueado.
Corrí y agarré la almohada que le gustaba, y le dije a mi mamá, abracele para que no le duela.
Algo decían mis hermanos y mi mamá dijo.. «Su hermana se ha sacado el aire cuidándome».
Vi su mirada. Sus ojitos con ese color hermoso y la determinación de toda su vida de luchar por sus hijos. Le abracé y ella me dijo al oído, «tu papá me llama».
Y así salieron camino al hospital…
No sé cuanta gente murió en octubre, sé que bloquearon las vías… y entiendo. Lo que no comprendo es esa falta de humanidad al bloquear y atacar a las ambulancias, de haber cerrado la vía a los enfermos, de no dejar pasar a los médicos.
Ahora vuelvo a escuchar que quieren salir a protestar de nuevo, ojalá está vez salgan y no se les olvide que la gente muere por no poder ir rápido al hospital.
El cáncer le enfermó a mi mamá pero esos desgraciados que no me dejaron pasar para llevarla rápido al hospital… esos la mataron. Esos que sostenían esos palos apuntando directamente a mi ventana sin importar que tenia en el auto a una mujer enferma y a un niño, esos malditos indolentes deshumanizados que quemaban llantas y lanzaban piedras a las ambulancias. Esos que bloquearon los accesos a los hospitales, nos dejaron sin acceso a medicinas… Que incendiaron. Que indirectamente mataron.
Protesten, en plena pandemia… solo espero que no se lleven de nuevo vidas inocentes de lado y lado; y sobretodo no se lleven a otra mamá que quería ver crecer a sus nietos… por que a la mía ya no me la devuelve nada ni nadie.