Día de enero

Este año fue maravillosamente extraño y lleno de nueva sabiduría y experiencias. Es tanto que son pocas palabras las que pueden explicar todo lo vivido.

Agradezco todo lo que cambió mi camino y me enseñó otra forma de ver, sentir, pensar, y vivir.

El 2022 destruyó casi por completo mis creencias limitantes o al menos empezó el tetris de reencuadre mental, emocional, cerebral, etc. Tal vez son esas cosas que nos dan paz a medida que crecemos, perdemos seres importantes o lo que pensamos que nunca iba a irse… y cambiamos.

Las ideas y experiencias que tenía tatuadas en mi alma y mente como fijas, esas que «tienen que ser», ya no son. Esos que tienen que quererte y cuidarte, «ya no tienen» y ya no tengo que cuidar, querer, o proteger, a menos que así lo sienta y decida. Eso que tendría que ser, ya no es. Es, si me hace feliz. Y eso cambió todo.

Todo se sacudió y evolucionó, porque era necesario para buscar algo simple que nos auto negamos: felicidad.

¿Por qué nos es tan difícil permitirnos ser felices? Y empecé un nuevo laberinto que descifrar… Mi cuerpo… mi corazón… mis expectativas y experiencias… las creencias, vivencias, exigencias, se transformaron. La enfermedad y las excusas conscientes o inconscientes, el miedo… todo se convirtió en motivación, en hacer por mí y por la luz de mi hijo, todo lo posible e imposible.

Si algo empezó completamente destructivo, se volvió disruptivo, innovador, cambiante, transformador, mágico y tan real. Todo un proceso… que toma tiempo y paciencia que no siempre tengo.

Gracias al 2022 por la oportunidad, por esta nueva manera de comprender y vivir. Es un camino que recién comienza para mí, pero que siempre me llamó… la psicología, la neuropsicología, la inteligencia emocional, el controlar las emociones, el karate, el cine y el contar historias, los libros y sus interpretaciones…

Enriquecerte y ayudar a otros a crecer a través de la neuroplasticidad… de una mano, pero solo cuando uno este realmente listo para hacerlo.. y lis otros dispuestos a abrir el alma y la mente… comprendiendo que la mejor manera de aprender es enseñar.

Voy caminando en el comienzo de una vida y un camino… que se puede terminar mañana, pero que espero vivir a plenitud con el objetivo de plasmar lo mejor de todo este aprendizaje, en este niño hermoso, que cada vez crece más como humano, como hombre, como amigo, como hijo.

Nuestro camino con el autismo

*Nuestro camino con el autismo … *

Te escucho, hablas alto y fuerte…  cada una de tus palabras,  carcajadas, ocurrencias, se mezclan con tu dulzura.  Tu alma es buena y eso transmites  

Te veo seguro, fuerte, independiente, guapo,  talentoso, resiliente.

Me miras directamente a los ojos y me cuentas historias mágicas de dinosaurios, de aventuras,  de futuro.

Me tomas de la mano,  que ya es casi del tamaño de la mía, y me jalas a tu mundo de legos, minecraft, ark, origami, pintura, arte,  superhéroes, matemáticas, libros de cuentos y películas.

Vienes corriendo cuando cae un trueno, y te acurrucas a mi lado… y aún siento que te protejo, aunque el ruido cada vez te molesta menos.

Han sido años difíciles y cada segundo ha valido la pena…  porque ahora no solo yo te veo…     no sólo yo te escucho….  

Ahora miras al mundo de frente, haces que tu voz se oiga, te paras firme ante los retos,  te importa,  tu empatía es admirable…  y yo solo estoy agradecida por  este camino que recorremos juntos… cada vez con menos etiquetas

Hace años….. mi mamá me dijo que no sabía como ayudarme con mi hijo. Ese sentimiento de impotencia y muchas veces culpa,  lo conozco muy de cerca.  Lo vivo a diario y  le respondí con la verdad: que yo tampoco sabía.  Que un día algo funciona con el Autismo y al otro no.

Traté de transmitirle paz por que ella, como abuelita,  era maravillosa. Mi hijo y mi mamá tenían una conexión muy especial. Se llenaban  de paz, se acolitaban, se adoraban … se comprendían. La adoración de mi hijo era su Abueita.  Y eso… ese cariño que él recibió es muchísimo más que «ayudar».

Muchos tienen miedo al autismo, sea en un niño o sea en un adulto. Se tiene miedo a lo que no se conoce.. y del TEA se conoce aún muy poco. 

Cada vez que leo algo nuevo. Cada vez que llega a mí otra opción de terapia o tratamiento, otra teoría, otra historia… siento un hueco en el alma.  ¿Y si ese es el camino para «una cura» y yo no lo he aplicado en mi hijo?  Esa nueva opción puede ser la respuesta y es tan caro o no existe en el país y a veces en este continente.   Paso días sin dormir pensando en como saber que es lo mejor para mi chiquito… en ver que vendo para tratar esa opción o hacer esos exámenes o comprar ese tipo de cosas que pueden generar una luz.  La impotencia es terrible. Duele el alma.

Voy casi 9 años con el TEA metido en mi vida. Han habido veces que me siento a llorar sin saber que hacer,  como ayudarle; y otras en las que me armo de valor… un valor que  desconocía que podía tener… una fuerza, una luz, una dulzura,   una fe y un amor tan grande… que de cierta manera me desconozco.  Me transforma en otra persona que no para de luchar. Que no sabe como darse por vencida… que sigue adelante a pesar de que todo parecería estar en contra. Y es que en mi mano, está una manita que necesita de mi presencia y ejemplo para que un día pueda valerse por sí mismo.

Pero eso no nace de mí. Esa fuerza y ese amor nacen del ser más maravilloso que he tenido el honor de conocer… todo nace de mi hijo, mi ángel de luz mi José María. 

Cuando no lo conoces mucha gente toma distancia literalmente. Hay gente que no vuelves a ver.

Pero hay otras  que van acercándose..  despacio, con el alma totalmente abierta,  y el momento que cruzas esa barrera…  te das cuenta que basta con mirar a sus ojos para quedar prendado de su bondad y alegría.  Su amistad es incondicional.  Es un amigo con el que siempre puedes contar. 

No es fácil comprender. No es fácil aplicar todo lo que deberías… a veces los recursos no dan… a veces la gente te cierra puertas, te hace a un lado…  sin dar una oportunidad o las oportunidades que se necesiten a un ser que solo da bondad. 

Pero no importa, sigues adelante porque lo que vale la pena no es fácil y porque él mismo te va enseñando que hay otros caminos que tal vez aún no están documentados.

Y que como madre vas abriendo caminos  a su lado… despacito… guiándole y dejando que te guíe…. mientras sigues aprendiendo de la experiencia y sabiduría de otros que ya han vivido cosas que tu no.

Mi hijo es capaz de dar los abrazos y besos más dulces, de esos que sanan el alma. Y de construir mundos mágicos con masking, legos, origami y dibujos.

Tal vez aún no me pueda contar todo lo que hizo, con quien jugó o si estuvo solo o si no le invitaron… o que siente.  Pero el simple hecho de oír su voz, de ver su sonrisa mientras me mira a los ojos y de sentir la fuerza de sus abrazos, cuando más de una vez  me dijeron que eso nunca iba a pasar, ya es tan grande para esta mamá… que ese hueco y esa impotencia desaparecen.

Cada niño es diferente. Cada momento es diferente. Cada padre de un niño especial es distinto.  Pero hay algo que tenemos todos en común  y es el *amor incondicional* por nuestros hijos y nuestra presencia indiscutible a su lado.

Mi admiración por ustedes madres, padres, terapeutas, profesores, abuelitos, tíos, primos, amigos…. o esa persona que  no te queda viendo mal en el supermercado cuando a tu hijo le da un episodio. 

Gracias por comprender que aún nos falta mucho por aprender.

Si alguien está comenzando a recorrer este camino… aquí estoy con los brazosy el corazón abierto. 

Si no nos  apoyamos nosotros, siempre,  entonces quién? 

Solo mandas un mensaje y hay alguien que te va a comprender.

Un abrazo fuerte!
UNA FELIZ NAVIDAD

Los miedos que se esconden

No puedo escribir. Hace un año pasó algo que me rompió. Rompió mi base. Lo que me habían enseñado y lo que yo había querido aprender sobre la familia, la lealtad, la incondicionalidad.

Desde esa época acepté mi soledad. No en un mal sentido. Pero esta sensación de saber que estás completamente sola y que nadie, nunca, jamás, por nada del mundo, te va a ayudar de manera desinteresada. Y saber que no es una sensación sino una absoluta realidad. Es saber que estas solo. Las personas que tenían que cuidarte están muertas. Tus papás. Y no hay nada más .

Ya no hay victimizarte. No hay nada por o para que «hacerte la victima». Así te digan qué ese es tu comportamiento.. ya no se siente así.

No soy víctima de nada ni de nadie. Acepto la vida. Y me parece hermosa con toda su mierda. Me gusta vivir. Quiero vivir.. todo lo que no he vivido por tarada, por miedosa, por culpable, por inocente, por deprimida, por insensible pero sobretodo por miedo.

No he vivido como debí, como realmente me merecía o como cualquier ser humano se merece. Estaba demasiado escondida, castigándome por todo lo que hice o me hicieron … y sintiendo la culpa por todo.

Mis decisiones, las decisiones de otros, de todos de una u otra manera eran mi culpa… aún lo son. Y tenía que pagar. No tenía derecho a ser feliz. Tenía que ser un hoyo negro de desdicha y culpa. Ese era mi rol y nunca lo sentí así.

Había luz dentro de mí. A pesar de todo. A pesar de no querer seguir, ni sentir… de haber decidido no vivir…. en el fondo yo quería reír, y tener amigos, y tener hijos, y amar y ser amada… quería… pero sentía que no lo merecía y me castigaba y me aseguraba de no ser feliz. El me quitó una parte de esa luz. De mi inocencia. De mi esperanza

Tengo que escribir para soltar los miedos.

Como suelto lo que no entiendo

Me enseñaron que la sangre no te traiciona. No es verdad. Te traiciona. Te juzga. Te manipula. Te rompe.

Los zapatazos olvidados

Revisando que todo quede todo listo, limpio, guardado… me encontré con los zapatos de caminar de mi mamá. La última vez no los usó mucho y se le olvidaron.

Aquí en esta casa, en la playa, siempre fuimos felices. Papi… el fue tan feliz aquí… aún me acuerdo cuando escogimos en planos el departamento y la ilusión que tuvo cuando nos lo entregaron(a pesar de que les faltó un piso). Mami, ella fue tan feliz aquí. Cuando veníamos y todos éramos solteros. Y venían los amigos… y nos quedábamos en la playa desde la mañana y subíamos cuando ya iba a atardecer. Después, era como que aquí se sentía más cerca de papi… más cerca de todos a quien amaba y por alguna razón ya no estaba… se sentía más cerca de ustedes.

Aquí, en la playa, pasamos tantas veces su cumpleaños. Una sola vez, desde que falleció papi nos quedamos en Quito y fue tan triste… que juramos siempre pasar el 31 aquí.

No saben como soñaba verles aquí a todos sus hijos y a sus nietos celebrando su cumpleaños. Saben, ella nos adoraba.

A ella nunca le enseñaron a demostrar amor… no sabía cómo… paso tan sola su infancia… siempre siendo responsable… siempre siendo fuerte. Creció sin el abrazo de su padre, ese que le dijo bastarda. Creció con la familia que le dio mi abuelo, el doctor gringo, ese que le dijo hija. Aquí la vi llorar… la vi reírse… la vi renacer tantas veces. En cada cumpleaños ella renacía.

La última vez no usó mucho sus zapatos de caminar. Si vio a sus nietos jugar juntos… y no demostró el dolor físico que sentía frente a nadie más que a mi. Dijo que sólo yo entendía.

Cuando nos íbamos… estaba tanta gente afuera del departamento, los conocidos de siempre (estaban por lo del lío del cambio de administración y el agua). Ahora que lo pienso, fue como si hubieran hecho una calle de honor y mi mamá parecía Alcalde despidiéndose de todos con una sonrisa y abrazos (ella nunca abrazaba).

Estos días me he cruzado con algunos y todos me dicen que mi mamá, aquí, fue siempre feliz.

Sí, somos felices aquí les dije

… y me abrazaron.

Revisando que todo quede listo, limpio, guardado… me encontré con los zapatos de caminar de mami.

Estos días me he cruzado con algunos y todos me dicen que aquí mami.. fue siempre felizMami… fue tan feliz aquí… era como que aquí se sentía más cerca de papi… más cerca de ustedes
[5/1 09:11] Belen Avila: En cada cumpleaños ella renacia. Tipo ave fénix..
[5/1 09:11] Belen Avila: Papi… fue tan feliz… aún me acuerdo cuando escogimos en planos el departamento.
[5/1 09:11] Belen Avila: Creo que voy una hora seguida llorando… se me escapan las lágrimas…
[5/1 09:11] Belen Avila: Aquí pasamos tantas veces su cumpleaños… una sola vez desde que falleció papi nos quedamos en Quito…en la casa de los Chillos y fue tan triste… que juramos siempre pasar el 31 aquí
[5/1 09:11] Belen Avila: Aquí la vi llorar… la vi reírse… la vi renacer tantas veces…
[5/1 09:11] Belen Avila: Ella nos adoraba
[5/1 09:11] Belen Avila: Aquí en esta casa… en Casablanca… siempre fuimos felices.
[5/1 09:11] Belen Avila: Saben
[5/1 09:11] Belen Avila: No saben como soñaba te verles aquí a todos sus hijos y a sus nietos celebrando su cumpleaños…
[5/1 09:11] Belen Avila: Y lo que sí pasó es que cuando nos íbamos… estaba tanta gente afuera de los conocidos de siempre de Casablanca… por lo del lío del agua… que fue como que hicieron una calle de honor y mi mamá parecía Alcalde despidiéndose con una sonrisa de todo el mundo
[5/1 09:11] Belen Avila: La última vez no usó mucho sus zapatos de caminar…
[5/1 09:11] Belen Avila: Lo que si hizo fue verles a sus nietos jugar juntos…
[5/1 09:11] Belen Avila: A ella nunca le enseñaron a demostrar amor… no sabía cómo… paso tan sola su infancia… siempre siendo responsable… siempre siendo fuerte.

Cuando mi mamá falleció, una parte de mí se fue con ella. No creo que solo fue una parte de mí… creo que se fue más de lo que quedó.

Muchas cosas se juntaron. Mucho dolor… decepciones… fantasmas

Alguna vez leí que cuando alguien querido fallece, todo tu universo se sacude hasta volver a alinearse.

Asereje

Alto, no era guapo.. pero me hacía reír. Casi siempre me hacía reír.

Y esa era su carta de presentación. Que tipo para simpático, que fácil conversar con el… reírse, creerle.

No entró a mi vida rápido, más bien… creo que fue un error de cálculo. El cálculo y yo caí. El calculó que yo este despechada y deprimida para meterse en mi lenton-lenton.

Creo que todo fue fria y estrategicamente calculado.

Primero se mostró como mi amigo, ese amigo que me apoyó con su alegría y chistes, a superar al tarado que me terminó cuando ya teniamos pagada la iglesia. Y su razón para dejar compras, planes, y fecha de iglesia reservada… es que yo… como mujer, leia demasiado. ⁰ⁿ

Abrase visto.ì. ģyýý

Adiós

Nos conocimos cuando yo tenía unos 14 años… el era mayor por 2 años… y yo aún no se si me amó y si le amé. Tal vez no sabía amar.. tal vez a esa edad no se ama. Tal vez nunca aprendí como amar. Estuvimos juntos por años, casi nos casamos… pero habían tantas mentiras, tantos engaños, tantas inseguridades.

Terminó un día mientras estábamos almorzando en el Spaghetti, yo estaba «saliendo» del mayor desastre de mi vida. Pero esa es otra historia, otro cuento que tal vez algún día cuente o el vez ya fue y eee dolor no lo quiero recordar más.. porque me ha perseguido por demasiado tiempo.

Terminó con un gesto que en ese momento me aclaró la vida… solo para ponerme en camino de uno de los peores errores de «mi vida». Que desastre.

Estábamos ya comprometidos. Yo estaba comprometida no solo con el si no conmigo misma, en retomar mi vida junto a él… en construir algo bueno, algo para siempre. Hasta que en ese almuerzo salió el tema de mi maestría, y de la aceptación de la beca.

El me miró y me dijo… » si te vas, si tu aceptas, te olvidas que yo existo…»

Él me conocía de toda mi vida. Creo que sabía que tener una maestría era un sueño casi imposible de conseguir para mí. Y lo había logrado. Tenía la beca, tenía la oportunidad y era el momento de cambiar de ambiente después de que banco en el que trabajaba y donde amé trabajar cerraba sus puertas.

Y solo me miró con esos ojos que amé mirar… y de una forma tan fría me cortó las alas… me limitó. Y ya había tenido suficiente de tipos que me querían imponer su vida sin importar la mía. Así que me saqué el anillo… lo dejé encima de la mesa y aguantando las lágrimas, con el alma destrozada… me paré y me fui.

Ya había perdido demasiado de mí… como para perder el último sueño que en ese momento me quedaba. Era tal vez el último acto de rebeldía que me devolvía por momentos mi libertad…

Y tuve miedo de que si no me iba, si no hacia algo por mí… iba a perderme a mi mismo para siempre…

Llegué a mi casa, me bajé del taxi que había tomado, las rodillas se me doblaron… y las lágrimas empezaron a salir sin control. Entré corriendo para que nadie me vea… pero el llanto que había aguantando por tanto tiempo… no paró.

Mi mamá golpeó la puerta de mi cuarto, preocupada… pero yo no podía parar de llorar… era un llanto que salía del alma… que soltaba al fin todo el dolor que había tenido que esconder por tanto tiempo. Le abrí la puerta, ella entró y me abrazó. Y yo lloré… no sé por cuánto tiempo… solo lloré.

Quería contarle todo a mi mamá, pero aún tenía miedo… aún no sabía cómo.  Así que me callé y ese silencio me jodío la vida. Si hubiera hablado, si hubiese dicho todo lo que había pasado… tal vez hubieran encontrado una forma de ayudarme. Pero el miedo y las amenazas de irse contra mi familia, eran más fuertes.

Como les dices a tus papás que alguien te dañó, que te quitaron la paz, la fe, la felicidad… que te traicionaron y te botaron.. que te quitaron un hijo… que ya no podías perdonar. Cómo hablas con la verdad cuándo sólo había silencio y dolor. Cuándo sólo querías morirte… La respuesta era simple, hablas y ya. Pero no lo hice. Me callé… y me mantuve por años callada. Y eso le hace daño a tu alma…

El día que me iba, antes de subir al avión… lo llamé. Quería oír su voz. Que me dijera por qué me había dejado el anillo en mi casa… queria decirle que venga conmigo… pero no contestó. Nunca más contestó. Y yo nunca más volví a llamar. Y así dijimos adiós… sin nunca decirlo.